Un negocio cruel, pero no deja de ser fructífero lucrar con los complejos y traumas de las personas. Realmente es muy sencillo hacerlo. Prueba de una sociedad inmoral, indiferente; pero no tiene la culpa el indio. Se nos ha prometido felicidad, calidad de vida, cuerpos perfectos, la promesa de ser héroes hermosos.
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